La traducción médica es una especialidad que requiere formación continua.
Cada vez son más los traductores que denuncian que su revisor está menos especializado, por lo que no tiene mucho sentido que ejerza dicha tarea.
Cuando hacemos una traducción médica, aún siendo expertos, hay muchos detalles que indudablemente se nos pueden pasar por alto. Por eso, si al traductor se le ha escapado alguna errata, el revisor debe estar al pie del cañón para corregirla. Al fin y al cabo, estos pequeños detalles no hacen que el texto no se comprenda, pero dejan entrever que la invisibilidad que persigue el traductor en busca de la naturalidad no se ha conseguido del todo.
En este artículo vamos a ver una de las erratas más comunes (según mi experiencia) en traducción médica: la nomenclatura de genes y proteínas.
Hace unos años, uno de mis profesores de traducción médica planteó la siguiente frase para iniciar este debate, cómo se escriben los genes y las proteínas:
The cagA gene, located at one end of the pathogenicity island, encodes for the CagA protein.
Cada vez son más los traductores que denuncian que su revisor está menos especializado, por lo que no tiene mucho sentido que ejerza dicha tarea.
Cuando hacemos una traducción médica, aún siendo expertos, hay muchos detalles que indudablemente se nos pueden pasar por alto. Por eso, si al traductor se le ha escapado alguna errata, el revisor debe estar al pie del cañón para corregirla. Al fin y al cabo, estos pequeños detalles no hacen que el texto no se comprenda, pero dejan entrever que la invisibilidad que persigue el traductor en busca de la naturalidad no se ha conseguido del todo.
En este artículo vamos a ver una de las erratas más comunes (según mi experiencia) en traducción médica: la nomenclatura de genes y proteínas.
Hace unos años, uno de mis profesores de traducción médica planteó la siguiente frase para iniciar este debate, cómo se escriben los genes y las proteínas:
The cagA gene, located at one end of the pathogenicity island, encodes for the CagA protein.
Por suerte, tenía en mi poder un maravilloso recurso: uno de los cuadernos de la Fundación Esteve, escrito por el fantástico Gonzalo Claros que se titula Cómo traducir y redactar textos científicos en español Reglas, ideas y consejos (que por cierto, dejo por aquí el link porque es un recurso gratuito y muy recomendable). Al grano, aparte de mucha información útil, tiene un apartado sobre nuestros amigos protagonistas de hoy:
· Genes y proteínas: en los textos científicos, el nombre de las proteínas o sus siglas (ABC, β-galactosidasa) se escriben en redonda, mientras que los genes (lacZ, SWI, KNAT2, BREVIPEDICULUS, APETALA) se escriben en cursiva. Esto implica un cierto conocimiento de la materia que se traduce, porque con demasiada frecuencia no se ponen en cursiva los nombres de los genes, casi siempre por despiste del autor. Un buen traductor debería reconocer el error y corregirlo en la traducción.
Es mucho más común de lo que creemos ver este error en textos orígenes, que ya no metas. Algunos ejemplos:

Artículo: Expresión del gen de IL-6 y TNF-a en la mucosa rectal de pacientes con colitis ulcerosa crónica idiopática y controles.

Artículo: TNF-α gene polymorphisms and expression.
Aunque también hay innumerables artículos que siguen la nomenclatura a raja tabla:

Artículo: Asociación de los polimorfismos del gen ADRB1 y la respuesta hipotensora ocular al betaxolol tópico.
Pero claro, con tanto lío de genes y proteínas y viceversa, es muy fácil que se nos escapen estos detalles, no solo a traductores, si no a los propios profesionales sanitarios. Qué fácil sería tener una página como la de la EMA en estos momentos… Porque, no existe ningún organismo que se ocupe de la nomenclatura de genes y proteínas, ¿verdad?
Por suerte para nosotres que buscamos y nos documentamos hasta la saciedad… ¡Sí existe dicho organismo! J
Se trata de un comité que pertenece a la Organización del Genoma Humano y se encarga de regular esta nomenclatura. Se denomina HGNC o HUGO Gene Nomenclature Committee. Además, tienen una estupenda página web que se actualiza diariamente.
Y por si fuera poco… también existe el Centro Nacional para la Información Biotecnológica de EE.UU. (National Center for Biotechnology Information (NCBI). Este centro actúa como fuente de información imprescindible porque contiene una base de datos muy rica en artículos científicos, donde también se incluye la nomenclatura regulada por el HGNC. ¿Lo mejor? También tienen página web.
Espero que estos recursos os sean de utilidad y que no dudéis en consultarlos la próxima vez que nuestros amiguitos los genes y sus colegas las proteínas se pasen por nuestro texto.
Nos leemos,
Cristina
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